Sacándole el corcho a nuestro relato metafísico. Cultivando y reconfigurando lo marginal.
sábado, 25 de agosto de 2007
miércoles, 22 de agosto de 2007
viernes, 17 de agosto de 2007
Encontré muy interesante este artículo de Garretón, publicado en la Segunda.
La productividad total de factores (PTF) es un indicador clave de la capacidad de una economía para crecer en el largo plazo. Mide aquella parte del crecimiento que se debe al rendimiento mayor del capital y de la fuerza de trabajo existente. Se asocia con la capacidad de innovación, cambio tecnológico y emprendimiento transformador que tiene un país.
Según estudios del Banco Central, en la década 1986-1995 más de la mitad del crecimiento anual —un 4,1% en promedio— se debió a la PTF. En la década 1996-2005 esa contribución bajó al 1,1%. Es riesgoso hacer proyecciones, pero este descenso nos alerta sobre las consecuencias de una débil capacidad de innovación y cambio tecnológico. Buenas tasas de crecimiento en un año no garantizan por sí solas la sustentabilidad a largo plazo de éste.
Por ejemplo, España tiene una tasa de crecimiento entre las más altas de Europa, pero la tasa de su PTF es negativa. No es raro. Una masa de aproximadamente 5 millones de inmigrantes al ingresar al mercado del trabajo generan crecimiento, pero su productividad inferior augura problemas.
Australia, en tanto, es un país de población sólo algo mayor que Chile: 20 millones de habitantes. En él hay un gran centro de ciencia aplicada y tecnología llamado CSIRO. Investiga sectores parecidos a Chile, tales como acuicultura, fruticultura, vinos, minería, etc. Su presupuesto anual es de US$ 790 millones. ¡Diez veces los recursos del “royalty” destinados a innovación el año 2006! No nos extrañemos que Australia, hace 15 años desconocido como exportador de vinos, hoy nos supera holgadamente.
La innovación es para Chile una necesidad imperiosa y urgente.
La inversión privada en ella es aún baja, aunque creciendo. El sector público anuncia nuevos recursos. Pero hablar sólo de montos puede ser engañoso. Los recursos en discusión son modestos en comparación con aquellos de los países del mundo que corren delante o en torno a nosotros. Es imperioso que ellos sean asignados íntegramente a su uso más eficaz. No toda investigación científica o tecnológica es innovación, ni toda innovación es científica o tecnológica.
Invención es la primera vez que a alguien se le ocurre la idea de un nuevo producto, proceso o sistema. Innovación es la primera implementación de una práctica nueva. La investigación puede ser para la innovación, pero también puede ser reiterativa, por ejemplo, por loables y necesarios objetivos de docencia. Se trata de conceptos y obras con muchos vínculos entre sí, pero diferentes.
La inversión privada en ella es aún baja, aunque creciendo. El sector público anuncia nuevos recursos. Pero hablar sólo de montos puede ser engañoso. Los recursos en discusión son modestos en comparación con aquellos de los países del mundo que corren delante o en torno a nosotros. Es imperioso que ellos sean asignados íntegramente a su uso más eficaz. No toda investigación científica o tecnológica es innovación, ni toda innovación es científica o tecnológica.
Invención es la primera vez que a alguien se le ocurre la idea de un nuevo producto, proceso o sistema. Innovación es la primera implementación de una práctica nueva. La investigación puede ser para la innovación, pero también puede ser reiterativa, por ejemplo, por loables y necesarios objetivos de docencia. Se trata de conceptos y obras con muchos vínculos entre sí, pero diferentes.
Innovación es transformar ciencia, tecnología o mera inventiva en nuevos productos, procesos, sistemas, diseños o desarrollos. Puede ser por creación, transferencia, adaptación o mera copia; incremental o disruptiva. Steve Jobs, padre de Apple y el IPod, paradigma del innovador, no terminó la universidad y así ocurre con muchos innovadores. Crecientemente se habla más de C + D (Conectividad + Desarrollo), que de I + D (Investigación + Desarrollo), entendiendo que el trabajo innovador hoy es producto de redes locales y globales, de sistemas, no de genios aislados.
En economía aprendimos a producir en lo que somos competitivos, a innovar haciéndonos competitivos donde no lo éramos y a importar aquello en que no alcanzamos a serlo, superando viejos modelos proteccionistas. Hoy es necesario ajustar nuestras políticas de innovación a idéntica lógica abierta al mundo.
Permítanme una advertencia final. La exitosa estrategia nacional de economía abierta es una carretera de doble tránsito que exige una permanente superación. Exportamos hacia donde somos competitivos, pero también tenemos nuestra frontera abierta para otros países del mundo que se esfuerzan por ser mejores. Es la competitividad la que mantiene o cambia el sentido del tráfico. Ella no es “una preocupación de ricos” como algunos creen. Es de los que tienen empleo o lo buscan en una economía que pierde competitividad. En el mundo de hoy, al que se duerme le ocurre lo que al camarón.
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Competitividad,
Innovación,
PTF
jueves, 16 de agosto de 2007
Comparto con ustedes esta muy buena columna de Álvaro Fischer, publicada en el Mercurio del día de hoy.
Jueves 16 de agosto de 2007
Álvaro Fischer Abeliuk
Ser egoístas en el intercambio impersonal y altruistas en las relaciones sociales es el inevitable dilema de la condición humana.
La discusión sobre ética y salarios es relevante, y por lo mismo debe ser bien resuelta. Para ello es necesario hacerse cargo de las sutilezas involucradas. Invocar la ética para pagar mayores salarios supone relaciones humanas solidarias, altruistas y cooperativas. El principal sustento de la ética es nuestra disposición altruista -beneficiar a un tercero incurriendo en un costo para hacerlo- que es uno de los rasgos distintivos de nuestra especie. Sin embargo, las personas también exhiben conductas egoístas, individualistas y competitivas. Es más, biólogos y economistas contemporáneos, como el Premio Nobel de Economía Vernon Smith, han mostrado mediante interesantes experimentos que ambos rasgos -egoísmo y altruismo- coexisten, y se gatillan según el contexto social al que un individuo se enfrenta.
Un político es altruista cuando trabaja por sus correligionarios y egoísta cuando quiere ser nominado para una candidatura; un empresario es competitivo cuando busca aumentar sus utilidades y solidario cuando hace donaciones para obras de beneficencia.En el ámbito de la creación de riqueza, la competencia egoísta es virtuosa, pues genera más productos a menores precios para más personas. Adam Smith lo dijo en una frase que se hizo famosa: "No es de la benevolencia del carnicero, cervecero o panadero de donde obtendremos nuestra cena, sino de la preocupación de éstos por sus propios intereses". Otro Premio Nobel, F. von Hayek, dijo además que la competencia es un proceso de descubrimiento.
Hace algunos años, el sistema científico de los países desarrollados, liderado por el descubridor del ADN, James Watson, se puso de acuerdo para cooperar en el proyecto de secuenciar el genoma humano. Craig Venter, uno de los científicos con más talento de gestión de la historia, motivado por un alto espíritu competitivo, ignoró al grupo de Watson, y con su propio equipo modificó la metodología existente, utilizó ingeniosos algoritmos matemáticos y secuenció el genoma humano con 300 en vez de tres mil millones de dólares y se demoró un año en vez de diez, que era lo originalmente estimado. Wal-Mart ha logrado precios más bajos para más norteamericanos, ayudando así a contener la tasa de inflación de EE.UU., no por generosidad, sino por lo opuesto, porque quiere vender más y ganar más dinero.
Una de las condiciones más paradójicas del comportamiento humano es que el egoísmo es una poderosa herramienta de beneficio social, y debe ser comprendida si queremos sacar consecuencias para nuestro debate sobre salarios y ética.Sin embargo, el egoísmo no es una poderosa herramienta en el ámbito de las relaciones humanas. Está codificado en nuestro ADN que la cooperación en las familias extendidas o con las amistades es la mejor manera de relacionarnos. Los favores mutuos, la cooperación, la solidaridad son el resultado de ello, y el tejido social es su subproducto. Cuando ayudamos a alguien sentimos que estamos haciendo lo correcto, actuando de manera ética.
Pero, ¿cómo conciliamos ser egoístas en la producción de bienes y servicios y solidarios con nuestra red social? Hayek dijo que si queremos aplicar, como nuestro instinto nos indica, las reglas del mundo social cercano -reglas de cooperación y solidaridad- al mundo impersonal de la producción de bienes y servicios, destruimos su capacidad de producir riqueza; pero al revés, si aplicamos las reglas de ese mundo impersonal -reglas de competencia y egoísmo- al de nuestras relaciones sociales, desmembramos el tejido social que nos permite vivir en comunidad.
En consecuencia, debemos aprender a vivir en esos dos mundos, cuya línea divisoria no es posible trazar de manera objetiva e independiente. Éste es el dilema esencial de la condición humana.Lamentablemente, no resulta fácil resolverlo por el simple expediente de aplicar la generosidad, porque con ello sacrificamos la generación de riqueza y valor, fundamentales para sacar a los más pobres de su condición. Los escolásticos, que comprendían estas sutilezas, entendían que el salario justo es el de mercado. Milton Friedman, que también entendía de ellas, propuso un impuesto negativo para complementar los ingresos de los más pobres, inspiración de la propuesta Piñera, con algunas diferencias.Los salarios y la ética no pueden analizarse sin comprender la compleja relación entre altruismo y egoísmo.
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miércoles, 15 de agosto de 2007
¡La Ley de Moore es aplicable a las máquinas de afeitar!
Encontré genial este post que encontré en http://www.businessinnovationinsider.com/
Everybody knows about Moore's Law for the semiconductor industry (i.e. the observation that computer chips double in power every 18 months or so), but did you know that there's a version of Moore's Law for the razor blade industry as well? Gizmodo points to a hilarious Economist piece that predicts we'll be shaving ourselves with 14 (!) blades by the year 2100:
"Those of you who did a spit-take when Gillette announced their five blade Fusion razor last year because you remembered The Onion predicting it would happen from the year before, you should appreciate that someone at The Economist not only wondered whether or not there was a Moore’s Law for razor blades but actually worked on the graph you see to the left. If the (admittedly few) five data points we have hold, we should be shaving ourselves with fourteen blades by the 2100... We’d be impressed except that by 2100 we expect hair removal to be taken care of automagically by nanobots as we shower. Who wants blades when you can have teeny tiny robots?"
viernes, 10 de agosto de 2007
Comparto con ustedes una muy buena columna de Mario Marcel
Mario Marcel
Cuando hace algunos años los economistas acuñaron el concepto de “maldición de los recursos naturales” lo hicieron en el contexto del estudio de los efectos macroeconómicos producidos por la exportación de un recurso natural no renovable. Hoy en día este concepto se ha ampliado considerablemente para intentar explicar por qué muchos países con grandes riquezas naturales, como el petróleo, los minerales y los diamantes se encuentran entre los más atrasados del mundo.
Una de las formas más importantes a través de las cuales las riquezas naturales se conectan con el desarrollo de los países es a través de las finanzas públicas. Muchos países con abundancia de recursos naturales no renovables los explotan a través de empresas públicas, participan en sus rentas a través de sociedades mixtas o, simplemente, recaudan impuestos. Por esta vía el estado capta parte importante de las rentas generadas por estos recursos para canalizarlas a los sectores de la sociedad que no están involucrados en la industria en cuestión o hacia las generaciones futuras que no participarán de esta riqueza una vez que ella se agote. De este modo, el estado podría compensar la dinámica de enclave y cortoplacista de la explotación privada de los recursos naturales y redistribuir sus rentas en beneficio de todo el país.
La estrategia de utilizar al estado para diseminar las rentas de los recursos naturales no renovables claramente ha estado presente en América Latina. En Bolivia, Ecuador, México y Venezuela, entre un 25% y un 50% de los ingresos fiscales provienen de los hidrocarburos. En los últimos años algunos de estos países han buscado aumentar la participación del estado en estas rentas aplicando derechos de explotación, participaciones en utilidades o, incluso, de nacionalizaciones, como en Bolivia.
No obstante, lo que se observa en la mayoría de estos países es que las rentas estatales provenientes de recursos naturales no se traducen necesariamente en financiamiento adicional para programas públicos. En efecto, en ninguno de estos países el gasto público es particularmente elevado, ubicándose en torno al 20% del PIB, cercano al promedio de América Latina y muy por debajo de Brasil, donde el gasto público se acerca al 35% del PIB y se financia íntegramente con impuestos. De hecho, estados ricos en recursos naturales –como Ecuador—se encuentran entre los que menos gastan en sectores sociales en la región.
¿Dónde se va entonces la participación estatal en la renta de los recursos naturales? En la mayoría de estos países la contraparte de estas rentas no es un mayor gasto social, sino menos impuestos. Bolivia, Ecuador, México y Venezuela tienen cargas tributarias cercanas al 10% del PIB y se ubican más o menos en la mitad de la carga tributaria de la región, que ya es baja en relación a la de países más avanzados. Además, esta menor carga tributaria no significa menos impuestos para la mayoría, sino generosas franquicias tributarias para unos pocos. En Ecuador las franquicias del impuesto a la renta equivalen a toda la recaudación neta de este tributo y en México se acercan al 40%.
Sin embargo, la historia no termina aquí. En varios estados ricos en recursos naturales las empresas públicas que los explotan ofrecen tratos particularmente privilegiados a sus empleados y administran subsidios que no pasan por el escrutinio parlamentario. Así por ejemplo, en Ecuador lo que el estado gasta en subsidiar a los combustibles es más que lo que invierte en educación. En Venezuela, la petrolera estatal administra un verdadero presupuesto paralelo de programas públicos y subsidios.
La participación estatal en la renta de los recursos naturales introduce, además un componente especialmente volátil a los ingresos fiscales. Esta volatilidad no sólo es relevante para la macroeconomía, sino para la asignación de los recursos públicos. En períodos de abundancia es común que se financien proyectos de dudosa rentabilidad social, cuyos costos luego se deben abordar en períodos de estrechez. Azerbaiján, país de Europa oriental rico en hidrocarburos, expandió su gasto público en 80% el año pasado y para poder desembolsar estos fondos pagó anticipadamente por importantes proyectos de inversión cuya ejecución aún está por materializarse.
De esta manera, los principales beneficiarios de la renta de los recursos naturales no renovables captados por el estado puede que no sean los más pobres o las generaciones futuras, sino quienes tienen mayor capacidad para influir y presionar a los gobiernos, sean estos contribuyentes de altas rentas, automovilistas, funcionarios o contratistas. Esto ocurre en buena medida porque los recursos naturales no renovables captados por el estado pueden llegar a transformarse en una barrera antes que un puente entre el estado y la ciudadanía.
Al igual como ocurre con el sector privado, las rentas de los recursos no renovables pueden generar la ilusión de una riqueza fácil que igual como llega se puede dilapidar. Cuando parte importante de los ingresos fiscales provienen de estas rentas en lugar de impuestos, la ciudadanía pierde en buena medida la noción de lo que cuestan las cosas y los estados están menos presionados a rendir cuentas por el uso de sus fondos. Esta barrera entre las finanzas públicas y la ciudadanía es especialmente notoria en períodos en que altos precios de los hidrocarburos o minerales generan una sensación de abundancia que relaja la presión para usar bien los recursos fiscales, transformándose en un verdadero velo sobre la acción del estado.
Frente a la maldición de los recursos naturales existen varios antídotos posibles: los fondos de estabilización o la formulación de la política en base a mediciones estructurales del balance fiscal pueden aplanar los ciclos generados por la volatilidad de precios; las empresas estatales pueden estar sujetas a sistemas de gobierno corporativo que aseguren una administración profesional y reduzcan el clientelismo; pueden crearse fondos de largo plazo que distribuyan estas rentas hacia generaciones futuras.
En Chile los ingresos fiscales provenientes del cobre sólo llegan en promedio al 7% del presupuesto y están considerablemente por debajo de lo que se observa en Venezuela o México respecto del petróleo. A estos ingresos se han aplicado efectivos mecanismos de estabilización por 20 años. Pese a ello, el país no está aún inmune a la maldición de los recursos naturales.
Una manifestación de esta realidad es que los chilenos piensan que los ingresos del cobre son mucho más importantes como fuente de financiamiento fiscal que lo que son en la realidad.
Una manifestación de esta realidad es que los chilenos piensan que los ingresos del cobre son mucho más importantes como fuente de financiamiento fiscal que lo que son en la realidad.
La actual bonanza en el mercado del cobre ha alentado numerosas propuestas para usar los excedentes fiscales temporales en rebajas y franquicias tributarias permanentes. La reciente experiencia del conflicto de los trabajadores subcontratados de CODELCO revela que la gobernabilidad corporativa de la minera estatal es vulnerable a las presiones políticas y que el vínculo entre la gestión de la empresa y las finanzas públicas aún no es cabalmente entendido por el país.
Sin ir más lejos, el Presidente de la Conferencia Episcopal que actuó de mediador en el conflicto vinculó los beneficios obtenidos por los trabajadores con la reducción de la desigualdad en el país sin reparar que los excedentes de CODELCO no van a nutrir el bolsillo de un acaudalado empresario, sino a financiar el gasto social en beneficio de los más pobres.
Chile tiene aún mucho por hacer para conjurar la maldición de los recursos naturales. Sería importante avanzar antes que el actual ciclo de altos precios del cobre termine como lo han hecho todos los anteriores y el sueño de la abundancia deje paso a un triste despertar.
jueves, 9 de agosto de 2007
NORMALIZING INDUSTRIAL POLICY
Comparto con ustedes el último ensayo del economista Dani Rodrik, escrito para la Comisión sobre Crecimiento y Desarrollo del Banco Mundial(Commission on Growth and Development).
Este ensayo describe las fallas de mercado que requieren de polítcas industriales (son en verdad esenciales a la forma en que los economistas piensan sobre desarollo); evalúa la evidencia empírica (no concluyente por la naturaleza misma de la metodología empleada); discute las políticas industriales actualemente existente en algunos pocos países no asíaticos (hay muchos más de lo que uno podría estimar); y propone unas características de diseño para reducir los costos de agencia que más le preocupan a sus retractores.
martes, 7 de agosto de 2007
La innovación consiste en cultivar nuestras rarezas marginales y reconfigurarlas al centro de actividades propias para generar valor.
Quiero compartir este Post, prestado directo desde el blog de Mario Valdivia.
Innovación.
Hemos producido innovadores en Chile. Hay poetas nuestros que han removido aguas profundas de la lengua castellana. Es en lo económico-empresarial que innovamos poco o nada. Pienso que esto es así porque nos hemos moldeado en hacer otras cosas que innovar. Y uno sabe hacer exclusivamente aquello a lo que se dedica y ya ha hecho.
En Chile nos hemos dedicado seriamente al comercio internacional y a los recursos que natura nos dio. Nuestros empresarios han aprendido a producir y exportar bienes a partir de nuestros recursos naturales; lo demás se importa. En estos afanes nos ha ido bien, nos gusta pensar, y así lo califican otros por doquier. Hemos crecido como país y hay amplio espacio para expandir lo que hemos aprendido a hacer.
Me parece a mi que podemos caracterizar lo que hemos hecho como movernos eficientemente en un mundo relativamente dado. Los bienes que producimos y exportamos están dados para nosotros. Minerales, frutas, hortalizas, vinos, peces, celulosa y maderas, constituyen productos-cosas que ya estaban ahi y que hemos aprendido a producir aquí con eficiencia. Los mercados que estamos penetrando y abasteciendo están ahi dados. Nos hemos incorporado a industrias dadas, con procesos productivos y logísticos dados y con tecnologías dadas. Hemos sido buenos, quizás, para adoptar tempranamente. Hemos sido buenos, quizás, en eficientar sistemáticamente lo que hacemos, mejorando contínuamente la relación calidad/costo de lo exportado.
Bien nos hemos movido en este ambiente más o menos dado de negocios. Y porque hemos aprendido a hacer todo esto bien, y porque hay amplio espacio en el mundo y en nuestro territorio para multiplicarlo, continuamos concentrados en esto: aumentar las cantidades, mejorar la eficiencia. Y uno se habitúa a lo que hace, moldeando así una manera de ser.
El emprendedor de innovaciones hace algo muy distinto. Inventa nuevos productos y nuevas familias de productos: desde el kiwi, al i-Pod, revoluciona nuestros gustos e inventa nuevos mercados que no estaban ahi. Desarrolla nuevas industrias: desde el computador personal, la producción de nuevas variedades de organismos mediante la biotecnología genética, y la media digital, revoluciona procesos de producción y la tecnolgía. Es lo contrario a moverse en un mundo dado. El innovador cambia el ambiente en el cual nos movemos, y ese es el meollo de los juegos que juega.
En la gestión eficiente de un mundo dado, la piedra angular de todas las habilidades es el control predictivo. El business plan predictivo es el instrumento esencial. Lo dado del mundo en que se desenvuelven nuestros negocios permite predecir y anclar el control. En el emprendimiento innovador la predicción y el control no son posibles. Lo central es la visión intuitiva de posibilidades nuevas que constituyan un mundo más valioso para todos de una manera inédita y significativa, así como la puesta en riesgo de la identidad en el compromiso por introducir prácticamente esas nuevas posibilidades al mundo.
Innovar es una acción quizás más poética, más cretiva y libre. El emprendedor de innovaciones hace historia; el gestor eficiente hace el mundo más económico. El emprendedor de innovaciones transforma el mundo trayendo una marginalidad que todo lo rearticula. El gestor eficiente es un experto en ordenar cada vez mejor su mundo: marginaliza lo marginal. El ser humano se hace presente en cada caso en una encarnación muy distinta. En el primero, como un ser que se adapta al mundo, un agente racional, un sistema de estímulo-respuesta más o menos fijo y predecible; como un recurso: sea recurso humano, consumidor, opinión pública o empresario maximizador. En el segundo, el ser humano aparece como un ser con voluntad declarativa que inventa nuevos mundos y un sentido existencial comprometiendo su vida con ellos. Dos maneras de ser históricas.
Convertirnos en una sociedad más emprendedora de innovaciones implica un cambio de nuestra manera de ser. Menos avasallada por la razón que calcula, más entregada a la razón poética. Menos inteligente para predecir, más consagrada a llevar a cabo posibilidades inéditas. Menos poseida por el afan de control, más abierta a la sorpresa desordenada de lo nuevo, imprevisto y único. Menos marginalizadora, más abierta a lo marginal.
La red 2.0 constituye una plataforma de nuevas prácticas de interacción social en la cual esta nueva forma de ser podrá ser incubada. Fernando Flores ha estado anticipando activamente esta posibilidad hace tiempo.
Escuchar.
En Chile nos hemos dedicado seriamente al comercio internacional y a los recursos que natura nos dio. Nuestros empresarios han aprendido a producir y exportar bienes a partir de nuestros recursos naturales; lo demás se importa. En estos afanes nos ha ido bien, nos gusta pensar, y así lo califican otros por doquier. Hemos crecido como país y hay amplio espacio para expandir lo que hemos aprendido a hacer.
Me parece a mi que podemos caracterizar lo que hemos hecho como movernos eficientemente en un mundo relativamente dado. Los bienes que producimos y exportamos están dados para nosotros. Minerales, frutas, hortalizas, vinos, peces, celulosa y maderas, constituyen productos-cosas que ya estaban ahi y que hemos aprendido a producir aquí con eficiencia. Los mercados que estamos penetrando y abasteciendo están ahi dados. Nos hemos incorporado a industrias dadas, con procesos productivos y logísticos dados y con tecnologías dadas. Hemos sido buenos, quizás, para adoptar tempranamente. Hemos sido buenos, quizás, en eficientar sistemáticamente lo que hacemos, mejorando contínuamente la relación calidad/costo de lo exportado.
Bien nos hemos movido en este ambiente más o menos dado de negocios. Y porque hemos aprendido a hacer todo esto bien, y porque hay amplio espacio en el mundo y en nuestro territorio para multiplicarlo, continuamos concentrados en esto: aumentar las cantidades, mejorar la eficiencia. Y uno se habitúa a lo que hace, moldeando así una manera de ser.
El emprendedor de innovaciones hace algo muy distinto. Inventa nuevos productos y nuevas familias de productos: desde el kiwi, al i-Pod, revoluciona nuestros gustos e inventa nuevos mercados que no estaban ahi. Desarrolla nuevas industrias: desde el computador personal, la producción de nuevas variedades de organismos mediante la biotecnología genética, y la media digital, revoluciona procesos de producción y la tecnolgía. Es lo contrario a moverse en un mundo dado. El innovador cambia el ambiente en el cual nos movemos, y ese es el meollo de los juegos que juega.
En la gestión eficiente de un mundo dado, la piedra angular de todas las habilidades es el control predictivo. El business plan predictivo es el instrumento esencial. Lo dado del mundo en que se desenvuelven nuestros negocios permite predecir y anclar el control. En el emprendimiento innovador la predicción y el control no son posibles. Lo central es la visión intuitiva de posibilidades nuevas que constituyan un mundo más valioso para todos de una manera inédita y significativa, así como la puesta en riesgo de la identidad en el compromiso por introducir prácticamente esas nuevas posibilidades al mundo.
Innovar es una acción quizás más poética, más cretiva y libre. El emprendedor de innovaciones hace historia; el gestor eficiente hace el mundo más económico. El emprendedor de innovaciones transforma el mundo trayendo una marginalidad que todo lo rearticula. El gestor eficiente es un experto en ordenar cada vez mejor su mundo: marginaliza lo marginal. El ser humano se hace presente en cada caso en una encarnación muy distinta. En el primero, como un ser que se adapta al mundo, un agente racional, un sistema de estímulo-respuesta más o menos fijo y predecible; como un recurso: sea recurso humano, consumidor, opinión pública o empresario maximizador. En el segundo, el ser humano aparece como un ser con voluntad declarativa que inventa nuevos mundos y un sentido existencial comprometiendo su vida con ellos. Dos maneras de ser históricas.
Convertirnos en una sociedad más emprendedora de innovaciones implica un cambio de nuestra manera de ser. Menos avasallada por la razón que calcula, más entregada a la razón poética. Menos inteligente para predecir, más consagrada a llevar a cabo posibilidades inéditas. Menos poseida por el afan de control, más abierta a la sorpresa desordenada de lo nuevo, imprevisto y único. Menos marginalizadora, más abierta a lo marginal.
La red 2.0 constituye una plataforma de nuevas prácticas de interacción social en la cual esta nueva forma de ser podrá ser incubada. Fernando Flores ha estado anticipando activamente esta posibilidad hace tiempo.
Escuchar.
lunes, 6 de agosto de 2007
Lean este post de Dani Rodrik donde clasifica a los economistas y da razones por las cuales los mismos discrepan en sus análisis y recomendaciones.
August 05, 2007
Non-economists are often baffled by the disagreements among professional economists on the issues of the day--from international trade to the minimum wage, from economic development to health policy.
I think the best way to understand the source of these disagreements is to recognize that there are two genres of economists. I call them "first-best economists" and "second-best economists." Here is my guide to them.
You can tell what kind of an economist someone is by the nature of the response s/he offers when confronted with a policy issue. The gut instinct of the members of the first group is to apply a simple supply-demand framework to the question at hand. In this world, every tax has an economic deadweight loss, every restriction on individual behavior reduces the size of the economic pie, distribution and efficiency can be neatly separated, market failures are presumed non-existent unless proved otherwise (and to be addressed only by the appropriate Pigovian tax or subsidy), people are rational and forward-looking to the first order of approximation, demand curves always slope down (and supply curves up), and general-equilibrium interactions do not overturn partial-equilibrium logic. The First Fundamental Theorem of Welfare Economics is proof that unfettered markets work best. No matter how technical, complex, and full of surprises these economists' own research might be, their take on the issues of the day are driven by a straightforward, almost knee-jerk logic.
Those in the second group are inclined to see all kinds of complications, which make the textbook answers inappropriate. In their world, the economy is full of market imperfections (going well beyond environmental spillovers), distribution and efficiency cannot be neatly separated, people do not always behave rationally and they over-discount the future, some otherwise undesirable policy interventions can generate positive outcomes, and general-equilibrium complications render partial-equilibrium reasoning suspect. The First Fundamental Theorem of Welfare Economics is proof, in view of its long list of prerequisites, that market outcome can be improved by well-designed interventions. Since they have given up on the textbook model, members of this group have an almost-infinite variety of "models" to choose from as they think of public-policy issues.
The first group's instinct is always to apply the first-best reasoning to the case, ignoring market imperfections in related markets, while the second group almost always presumes some market imperfections in the system. I am over-simplifying a bit, but not a whole lot.
Among commentators in the blogosphere, I think Gary Becker, Tyler Cowen, Greg Mankiw, and Brad De Long (more often than not) are first-best economists. In is commentary on globalization, Jagdish Bhagwati is an unadulterated first-best economist, even though his best scholarly work is solidly cast in the second-best mold. Meanwhile, the undisputed king of second-best economists is Joe Stiglitz. He is joined by George Akerlof, Bob Shiller, Alan Blinder (recently) and Paul Krugman (especially when he writes on deregulation and health policy, and increasingly, but not always, on trade). I am definitely in the second-best camp as well.
When first-best economists are taken to task for ignoring real world complications--i.e., second-best interactions--they provide a range of answers. One is to downplay the significance of these issues by arguing that they are not convinced of the presence of the market imperfections in question. Sure enough, empirical evidence is hardly ever strong enough to move prevailing priors.
Among commentators in the blogosphere, I think Gary Becker, Tyler Cowen, Greg Mankiw, and Brad De Long (more often than not) are first-best economists. In is commentary on globalization, Jagdish Bhagwati is an unadulterated first-best economist, even though his best scholarly work is solidly cast in the second-best mold. Meanwhile, the undisputed king of second-best economists is Joe Stiglitz. He is joined by George Akerlof, Bob Shiller, Alan Blinder (recently) and Paul Krugman (especially when he writes on deregulation and health policy, and increasingly, but not always, on trade). I am definitely in the second-best camp as well.
When first-best economists are taken to task for ignoring real world complications--i.e., second-best interactions--they provide a range of answers. One is to downplay the significance of these issues by arguing that they are not convinced of the presence of the market imperfections in question. Sure enough, empirical evidence is hardly ever strong enough to move prevailing priors.
A second argument is that the presence of additional market imperfections does not change the first-best logic; it simply calls for each market imperfection to be treated with its own first-best solution. This allows each expert in a field to propose first-best solutions in that field, leaving complications elsewhere to be dealt with by others. Larry Summers had a nice point to make about this approach in his comments on a paper on banking reform in China (Brookings Papers on Economic Activity, 2006:2):
Like experts in many fields who give policy advice, the authors show a preference for first-best, textbook approaches to the problems in their field, while leaving other messy objectives acknowledged but assigned to others. In this way, they are much like those public finance economists who oppose tax expenditures on principle, because they prefer direct expenditure programs, but do not really analyze the various difficulties with such programs; or like trade economists who know that the losers from trade surges need to be protected but regard this as not a problem for trade policy.
(Come to think of it, is Larry Summers a first-best economist or a second-best economist?)
(Come to think of it, is Larry Summers a first-best economist or a second-best economist?)
A third argument is that the government could never get complicated interventions right, so we are better off sticking with simple solutions. I have discussed this type of argument in an earlier post.
So at the end of the day, these disagreements are often grounded not in economics per se, but in strongly held prior views about the world in which we live in. Which is why non-economists are right to get exasperated with us.
UPDATE: Bill C. reminds us that Keynes had some very apt things to say in his General Theory on this very same distinction. His fight at the time was with the Classicals. Here is Keynes, via Bill C.:
UPDATE: Bill C. reminds us that Keynes had some very apt things to say in his General Theory on this very same distinction. His fight at the time was with the Classicals. Here is Keynes, via Bill C.:
The completeness of the Ricardian victory is something of a curiosity and a mystery. It must have been due to a complex of suitabilities in the doctrine to the environment into which it was projected. That it reached conclusions quite different from what the ordinary uninstructed person would expect, added, I suppose, to its intellectual prestige. That its teaching, translated into practice, was austere and often unpalatable, lent it virtue. That it was adapted to carry a vast and consistent logical superstructure, gave it beauty. That it could explain much social injustice and apparent cruelty as an inevitable incident in the scheme of progress, and the attempt to change such things as likely on the whole to do more harm than good, commended it to authority. That it afforded a measure of justification to the free activities of the individual capitalist, attracted to it the support of the dominant social force behind authority.
As usual, Keynes puts it best.
sábado, 4 de agosto de 2007
Comparto con ustedes un artículo muy interesante escrito por Bernardita Correa (mi cuñada) en la Revista Electrónica Mundo Político
INMIGRACION EN EEUU: UNA NECESIDAD Y LA NECESIDAD DE REGULARLA
Bernardita Correa
Licenciada en Ciencia Política
Universidad Católica de Chile
Luego de interminables y acaloradas sesiones, el senado de los EEUU ha decidido poner fin al debate para reformar la ley de inmigración. La incapacidad de llegar a un acuerdo en esta materia, deja a unos doce millones de indocumentados esperando por una solución legal que les permita regularizar su situación, posiblemente para el año 2009, cuando comience el periodo legislativo del próximo gobierno.
El problema de la inmigración es uno de los más importantes y uno de los que más inquieta a la opinión pública en países industrializados, en especial EEUU, uno de los países con mayor flujo de inmigración ilegal. Sin embargo, para entender el problema a que se ven enfrentado estos países altamente tecnologizados e industrializados, debemos tener en cuenta que las inmigraciones de hoy son un fenómeno propio de la globalización, de esta etapa de interconexión global que estamos viviendo donde las nuevas tecnologías como la TV o Internet, afectan tanto la vida política, social y económica de todo un planeta.
Estas tecnologías son las que permiten la promoción de valores de consumo y bienestar de países ricos, son estas también, las que alimentan la esperanza de millones de pobres al otro lado de la frontera. Estos ciudadanos ven en EEUU la única salida a su situación de pobreza, ven en este rico país las posibilidades y oportunidades que saben jamás encontraran en su propia tierra. Esta esperanza de comenzar a surgir y cambiar su condición de marginalidad es la que lleva a millones de individuos cada año al límite de arriesgar hasta sus propias vidas con en el fin de llegar al país del norte.
Uno de los grandes desafíos que enfrenta la clase política de este país es dar una respuesta clara, efectiva y justa al problema de la inmigración ilegal. La ciudadanía comienza a inquietarse y se hace más vulnerable a escuchar y apoyar a quienes ven en este grupo de indocumentados una amenaza inminente a la seguridad y estabilidad nacional, como es el caso del periodista de CNN Lou Dobbs, quien prácticamente a dedicado su carrera a denunciar y crear conciencia del grave problema que este país enfrenta al legalizar y conferir derechos y status de ciudadanía a aquellos que entran al país ilegalmente. Este tipo de campañas anti inmigración no hace mas que empeorar la situación de los inmigrantes, creando un clima de hostilidad e intolerancia que no beneficia en nada los esfuerzos que se despliegan para solucionar un problema que concierne a todos los ciudadanos.
Pero, es este grupo de indocumentados una verdadera amenaza a la seguridad y estabilidad de la nación como algunos señalan? Vienen estos indocumentados a ocupar los puestos de trabajo de los ciudadanos por menos paga? Están estos ilegales abusando del sistema al evadir impuestos? Son estos una verdadera amenaza a la seguridad nacional?
La seguridad nacional es uno, si no, el tema mas importante de la agenda política, por esta razón uno de los puntos esenciales de la reforma es la necesidad de proteger la frontera que separa al país con México, para evitar de esta forma la entrada de inmigrantes ilegales. Para ello se dispondrían de 4.4 billones de dólares, se contratarían más de 20 mil nuevos agentes fronterizos y se expandiría la muralla divisoria en más de 370 millas. Sin embargo y a pesar de la importancia de controlar el flujo migratorio, menos de la mitad de los inmigrantes que entran al país lo hacen a través de la frontera con México.
La gran mayoría de inmigrantes que arriesgan su vida al cruzar la frontera lo hacen en busca de trabajo y bienestar y no hay estadísticas que indiquen que exista mayor criminalidad en el círculo de indocumentados que entre los propios americanos nacidos en el país. Claramente existe una amenaza a la seguridad nacional si no se protegen las fronteras, sin embargo, si se regularizara la situación de estos millones de indocumentados y se les permitiera circular libremente, las autoridades podrían identificar quien es quien, esto les permitiría concentrarse en la captura de verdaderos criminales y terroristas, evitándose así una perdida de tiempo y dinero en la persecución de trabajadores ilegales que no hacen mas que tratar de mantenerse en la clandestinidad con tal de no ser deportados.
El alto flujo de inmigrantes que llega todos los años a este país no solo refleja la necesidad de algunos de terminar con su estado de pobreza, si no también refleja la necesidad y creciente demanda laboral de la economía estadounidense. La inmigración siempre ha sido un componente crucial para el desarrollo y crecimiento del país y no dejara de serlo. Por el contrario el número de inmigrantes seguirá creciendo, la demanda laboral ira en aumento, especialmente en la próxima década cuando la generación de los llamados baby boomers comience a jubilarse. Los baby boomers pertenecen a la generación que viene luego de la segunda guerra mundial hasta 1964. Esta generación ocupa alrededor de 80 millones de puestos de trabajo, puestos que irán quedando vacantes debido a que la generación que les sigue, generación x, cuanta con 15 millones menos de personas en el campo laboral. Sin embargo, esta demanda se hará cada vez mas selectiva, se necesitaran inmigrantes con mayor educación y buen dominio del la lengua oficial, el inglés. Esta, es una razón más para establecer un marco legal que permita a los millones de indocumentados salir de las sombras, optar a la ciudadanía, integrarse socialmente y ejercer deberes y derechos que garanticen la oportunidad que tienen todos los ciudadanos de este país de progresar y perfeccionarse.
La incapacidad de llegar a un consenso por parte del senado no hace más que acrecentar la ansiedad de la ciudadanía, al igual que la percepción de que los indocumentados están abusando del sistema, de que estos están recibiendo servicios y beneficios a costa de los impuestos que pagan día a día y año a año los ciudadanos. Sin embargo hay estadísticas que indican que los inmigrantes, incluyendo los indocumentados, aportan más dinero a la economía del país de lo que reciben en servicios. Alan Greespan, ex presidente de la reserva federal informó al congreso en 2001 que los inmigrantes, incluyendo los indocumentados, donan al país $ 27 billones de dólares, esta sería la diferencia entre lo que ellos pagan en impuestos, ($ 70 billones) y lo que usan en servicios públicos ($ 43 billones). Greespan ha conferido siempre un rol esencial a la inmigración en el crecimiento de la economía nacional. Ha llegado a señalar que la inmigración es el más potente antídoto para suplir la demanda laboral que se comenzará a sentir en las próximas décadas, debido a la reducción en la tasa de natalidad.
Desafortunadamente, este mes se puso fin a la que podría haber sido una oportunidad histórica al darse por terminado el debate para reformar el sistema migratorio de los EEUU. Se estuvo a puertas de dar solución a uno de los problemas mas grandes que enfrenta el país, establecer un marco legal que permita dar solución definitiva a mas de 12 millones de indocumentados que circulan clandestinamente a lo largo de todo el territorio nacional y a aquellos que desean una ley migratoria mas eficiente y funcional.
Las reformas que se hicieron en 1986 a ley de inmigración, donde se concedió amnistía a mas de 3 millones de indocumentados y estableció sanciones a empleadores que contratasen a estos, no han sido suficientes para controlar el flujo de extranjeros que ingresa cada ano al país. Claramente el sistema esta colapsado, la incapacidad de controlara el flujo de ilegales pone en riesgo la seguridad y estabilidad de la nación. Si el gobierno federal no actúa con rapidez los millones de indocumentados que ya se encuentran dentro de los EEUU comenzaran a ser victimas de un sentimiento hostil que crece con rapidez .Los gobiernos estatales y locales comenzaran a tomar medidas propias para controlar y combatir a los ilegales dejando a este grupo de trabajadores completamente vulnerables A todo tipo de injusticia.
No nos olvidemos que desde 1800 la inmigración ha sido un componente crucial para el desarrollo y crecimiento del país y una de las más grandes fortalezas de los EEUU es su capacidad para integrar y fusionar a los extranjeros que emigran en busca de mejores oportunidades. No me cave ninguna duda que esta fortaleza se pondrá a prueba una vez mas y finalmente se llegara a un acuerdo para mejorará el sistema migratorio y la situación de los indocumentados de forma permanente, efectiva y por sobre todo justa.
El preámbulo de la constitución dice que esta se estableció con el fin de " Proveer la defensa común, promover el bienestar general y garantizar los beneficios de la libertad".Satisfacer estos deberes es imposible sin un sistema ordenado eficiente y justo de inmigración e integración.
jueves, 2 de agosto de 2007
Equidad y Desarrollo
Comparto con ustedes un muy buen artículo de Blas Tomic sobre la urgencia de reformar la administración o gerencia del estado chileno
Transantiago y el futuro
Jueves 2 de agosto de 2007
Los recursos humanos con que cuenta el Estado de Chile para llevar a cabo los proyectos de alta complejidad que nos exige el desarrollo no son en general los adecuados, ni en cantidad, ni en nivel, ni en especialidad, ni en organización.
Está fuera de discusión que Transantiago se inició con graves problemas. Es comprensible, por consiguiente, que exista interés por asignar las responsabilidades circunstanciales que corresponden. Más importante es, sin embargo, establecer cuáles son las lecciones que debemos extraer de esta experiencia, para así mejorar a futuro el diseño y la gestión de las políticas públicas en nuestro país.
Mi opinión personal, en calidad de actor y testigo del proceso que me tocó vivir desde Metro de Santiago, es que la principal lección que nos deja Transantiago es clara: los recursos humanos con que cuenta el Estado de Chile para llevar a cabo los proyectos de alta complejidad que nos exige el desarrollo no son en general los adecuados, ni en cantidad, ni en nivel, ni en especialidad, ni en organización. En el fondo, hay un problema estructural en el diseño de la administración del Estado (señalando de paso que un "mejor" Estado no tiene por qué ser un "mayor" Estado).
Antes que Transantiago, ya vivimos la experiencia de las concesiones viales. ¿Qué pasó ahí? Como todos sabemos, desde su inicio ese gran proyecto fue asumido por el Ministerio de Obras Públicas, donde a poco andar se concluyó que no se contaba en su interior con la dotación de profesionales que se requería para ejecutarlo a buen nivel. Para decirlo un tanto gruesamente, la "solución" que se le dio al problema en esa oportunidad fue todo aquello que finalmente condujo al traumático caso MOP-Gate.
¿Qué se hizo con Transantiago?: tal vez para evitar repetir lo ocurrido en la saga del caso MOP-Gate, aquí se optó por el camino opuesto, es decir, colocar el proyecto en manos de un equipo humano muy sacrificado, pero evidentemente insuficiente (y no me estoy refiriendo sólo al grupo de personas dedicado a este tema en el Ministerio de Transportes). Más allá de sus buenas intenciones, este equipo no estuvo nunca en condiciones de conducir este trascendental proyecto a la altura de su enorme dificultad.
En efecto, todo lo que se puede enumerar como debilidades y problemas de Transantiago, de algún modo se desprende de ese hecho esencial: la ausencia de la dimensión sociológica; la definición de las fases del proyecto; el modelo de diseño; la cantidad de buses y sus recorridos; los contratos con los operadores y el AFT; la fiscalización a unos y a otros; el cálculo de la tarifa y del inevitable subsidio estatal; etcétera.
Podrá haber discusión ideológica y política sobre cuáles son las políticas públicas y los proyectos que el Estado debe ejecutar como parte de su papel en el desarrollo del país. Pero no debería haber discrepancias en cuanto a que todo aquello que en definitiva se le encargue al Estado ejecutar, tiene que hacerse con excelencia. Para que ello pueda llegar a ser así, me parece indispensable una profunda modernización de la administración del Estado, para lo cual es, a su vez, requisito previo un consenso transversal entre los principales actores políticos (tal como el que hoy comienza a surgir en el crucial tema de la reforma educacional).
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